Con la cantidad de información visual que recibimos al cabo del día cada vez se hace más complicado que un interior me sorprenda. Llevo muchísimo tiempo cansada del estilo nórdico que se ve en todas partes; que sí, que no tiene nada de malo, es limpio, bonito, pero es que lo de limitarse a un estilo sin tener en cuenta la personalidad propia me parece un error porque un hogar al fin y al cabo debería ser un santuario y ser un fiel reflejo de la gente que vive allí.
Por eso siempre me alegra descubrir casas con personalidad, esas que me permiten poder hacerme una idea aproximada de las personas que la habitan. Que es además otra forma más de cotillear, vamos.
Nosotros también tenemos la lámpara Sinnerling de Ikea, ya es un básico. La he usado en alguna sesión y ¡siempre es un acierto!
Fotos: Ikea USA
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