Una de las cosas que más me apasionan en el mundo son los cafés. Y sin embargo no me gusta la bebida, menuda contradicción. Pero el té si me gusta y también sentarme en un sitio tranquilo y con encanto a disfrutar de la mañana/tarde mientras charlo con algún amigo, leo, dibujo, escribo o simplemente observo a la gente.
Ahora que tenemos este tiempo tan desapacible me acuerdo de uno que estoy deseando visitar aunque me queda un poco lejos. En Polonia nada menos. Y es que con el frío que hace en la calle no apetece mucho muchísimo pasar un ratito aquí dentro resguardado?
Fotos: Josef K
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