Juliette

4 may 2011

Le miraba por encima de los cristales de sus gafas de ver con los ojos empapados en deseo. Le resultaba difícil disimularlo aunque para ser totalmente sinceros, ni siquiera lo estaba intentando. Sencillamente no podía, ni quería, reprimir las ganas que tenía de besarle, de morderle los labios y él que intentaba no hacer caso de aquellas llamadas, a duras penas podía continuar con la lectura de su libro. Kafka podía perder todo el interés si lo enfrentaban a una sola de las miradas de Juliette.
-Entonces, ¿dices que te gustó la película?
-Sí, bueno, ya sabes, es una de esas historias que te toca por dentro. De esas que llegan y sin pedir permiso te dejan en la puerta un trocito para que puedas pensar en ella más tarde, cuando ella ya se haya ido.
-¿Cómo tú sueles hacer conmigo?
Leo calló avergonzado. Más porque no quería despertar ese tipo de sentimientos en ella que por pudor.
Ella, adivinando lo que él estaba pensando, desvió la mirada hacia la ventana y hacia el exterior e intentando recomponerse por dentro susurró:
-Parece que la primavera se acerca.

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